20 enero 2014

San Sebastian

“De los santos de enero, San Sebastián el primero”

La  historia de San Sebastián, como la de tantos otros santos, nos la contó Santiago de la Vorágine, en la “Leyenda Dorada”, allá por el siglo XIII.
Sebastián era oriundo de Narbona y estaba avecindado en Milán. Fue un general del imperio romano durante el mandato de los emperadores Diocleciano y Maximiano, que lo distinguieron con su amistad y, tal era la confianza que le tenían, lo pusieron al frente de la primera cohorte que daba escolta a los emperadores, la llamada guardia pretoriana. Estos emperadores pasaron a la historia como grandes perseguidores de cristianos. Sebastián lo era, muy devoto y creyente. Se alistó en la milicia buscando únicamente confortar a los cristianos, expuestos a desfallecer en su fe en medio de las persecuciones a los que se veían sometidos. Descubierto al fin, después de muchas prédicas y milagros, el prefecto lo denunció al emperador Diocleciano, que le llamó a su presencia.
“-¡De modo que te has aprovechado del alto puesto que ocupabas en mi corte y de los honores que te he otorgado, y de la deferencia con que siempre te traté, para trabajar clandestinamente contra mí y contra los dioses del Imperio!
-Eso no es cierto, -replicó Sebastián. –Es verdad que soy cristiano y que adoro al Dios verdadero, pero siempre he deseado y procurado para ti y para el Imperio lo mejor.
De nada sirvieron los razonamientos del acusado. El emperador mandó que lo sacaran al campo, que lo ataran a un árbol y que un pelotón de soldados dispararan sus arcos contra él y lo mataran a flechazos. Los encargados de cumplir esta orden se ensañaron con el santo, clavando en su cuerpo tal cantidad de dardos que lo dejaron convertido en una especie de erizo, y, creyendo que ya había muerto, se marcharon. Pero Sebastián, pese a la gravedad del tormento a que fue sometido, no llegó a fallecer, después de que los soldados se ausentaron, alguien lo desató del árbol y lo liberó.”

Volvió a predicar y a ser apresado por Diocleciano, que ordenó que lo volvieran a torturar hasta la muerte y, esta vez sí, murió y fue arrojado a una cloaca, de donde fue sacado por los fieles, con la intercesión de Santa Lucía, y enterrado junto con los Apóstoles. 

San Sebastián en el Valle del Tietar:
El Pueblo de Poyales del Hoyo, a 5 km de Candeleda, tiene como patrono a este santo y saca su imagen en procesión, representando su martirio en un Auto sacramental, considerado años atrás la primera fiesta de la primavera en el valle del Tiétar, por ser enero el mes del año en el que comienzan a alargarse los días.
Son famosas también sus luminarias de romero y enebro.

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